El equipo Juvenil tiene muy mala suerte. Independientemente de que presione a ráfagas o de que cometa errores puntuales en los marcajes, no se merece estar donde está. La Escuela se llevó tres puntos del Campo de Atletismo sin saber bien cómo. No fue superior al equipo local en prácticamente ningún tramo y creó más ocasiones. Eso sí, el rival supo aprovechar las concesiones de los nuestros. Toca reflexionar.
Partido en casa, partido complicado. Partido en el Estadio de Atletismo, partido imposible. Al equipo juvenil le cuesta jugar sus partidos en casa. Y más, cuando, sin motivo aparente, jugamos en el campo de atletismo. Inexplicablemente, siempre que jugamos allí, encajamos en los diez primeros minutos.
Para no variar, así fue. Pero, para más inri, esta vez fueron más. Minuto 15, 0-2. Dos desajustes defensivos por errores individuales en el marcaje y en la salida del balón, nos condenaron, de nuevo a la heroica. Todo hubiera sido distinto si Reina hubiera marcado el uno contra uno que tuvo en el minuto tres. Dio al palo. Mala suerte.
Tras ello, el partido fue un escándalo. Nuestro Juvenil realizó un despliegue físico descomunal ejerciendo una presión brutal sobre la Escuela, que tuvo miedo de que el partido se le escapara. Y más, cuando Rubio marcó tras una buena jugada de los nuestros por banda izquierda. Alcázar la tuvo en un córner y Reina estrelló de nuevo el balón en la madera tras una gran internada por banda derecha.
Poco antes del final, la Escuela recordó que estaba en el campo con un tiro lejano al poste, que no subió al marcador. Tras el descanso, los nuestros volvieron a salir en tromba. Eso sí, poco a poco y con el paso de los minutos, el esfuerzo iba haciendo mella en nuestros chicos. Pero en uno no. Rubio estaba como una mota, tenía esa marcha más que el equipo necesitaba, ese medio segundo que te hace llegar a ti y al rival no.
Dicho y hecho. Saque de esquina al primer palo, aparece Rubio y marca el empate a falta de veinticinco minutos para el final. Y este gol, más que despertar la fuerza dormida de nuestro Juvenil espoleó al rival, que veía que si el partido seguía por esos derroteros, el 1 en la quiniela estaba claro.
Una gran falta detenida por Nacho y varios balones cortados por nuestra defensa dieron esperanzas a los nuestros de lograr por fin la victoria en casa. O, al menos, un empate, resultado que no nos es desconocido (llevamos 9). Pero en el minuto 86 un fallo de marcaje en un saque de esquina nos condenó al ostracismo. ¿La conclusión? Bien clara, según los técnicos: "Quedan 12 puntos. Estamos a tres del descenso. No nos podemos dormir."