Partido con muy poco futbol y continuamente interrumpido por muchas faltas realizados por el rival. Pese a estar en inferioridad, los chicos dieron la vuelta al encuentro.
El inicio del partido no fue malo, pero las faltas constantes del equipo contario lograban su propósito: la interrupción constante del juego, hasta que en una jugada a balón parado y en un despiste en el marcaje el rival se adelanta. Cambió el marcador, pero no el juego: la misma dinámica, faltas continuas y aún más desconcierto en las poquísimas ocasiones de gol del equipo contrario que, en el minuto 47 puso aún más tierra de por medio.
En otro despiste que parece ya crónico en defensa, el rival prácticamente sentenció el encuentro en un resultado que se hacía ya muy abultado a tenor de lo visto en el terreno de juego. Y, como a perro flaco todo son pulgas, el árbitro expulsó a Fidel por una entrada un tanto aparatosa aunque tocando el balón. Ya con todos los boletos en contra, el equipo se jugó todo a una carta: la remontada épica.
Curiosamente, la expulsión actúo como catalizador sobre el juego del equipo y, primero Ricardo tras una combinación con Jaime y Hassan, y después Mario Ayuso, de penalti, acortaron la distancia. Con el tiempo a punto de cumplirse, el empate llegó en el minuto 93 tras un saque de esquina botado por parte de Raúl Ayuso que es cabeceado magistralmente por Ricardo.
“Jornada para reflexionar y corregir algunos errores que cometimos y nos debilitaron, aunque no puedo obviar la buena remontada del equipo en el último tramo del partido”, explicó un Fernando Montes con sentimientos encontrados al final del encuentro.