El equipo tiró de casta y orgullo para dejar los primeros tres puntos de la temporada en casa.
Llegaba el primer encuentro de liga y todos los jugadores tenían ante sí su primer reto: lograr la primera victoria. Sin embargo, debido a varias lesiones y diversas dificultades a la hora de procesar las fichas, el equipo Aficionado acudió a la cita con once jugadores de campo y dos porteros. Eso sí, lejos de encogerse y acobardarse, todo el equipo remó a la par en todo momento.
La primera parte empezó con mucha intensidad y, aunque el rival trataba de llevar el timón del encuentro, no acababa de lograr crear ocasiones de gol gracias al gran trabajo defensivo azulón. Nada más comenzar la segunda mitad llegó la ocasión más clara del encuentro: un tiro con aviesas intenciones de Sergio Román fue parado formidablemente por el guardameta rival. Daniel recogió el rechace en el segundo palo y, cuando se disponía a introducir el esférico en la red, un defensor apareció de forma providencial para parar el balón en la misma línea de gol.
Acto seguido se sucedieron sendas ocasiones para ambos equipos: una buena jugada por banda izquierda no fue finalizada ni por Ricardo ni por Sergio Román, mientras que Juan Carlos neutralizó sin problema dos acercamientos de los de Villaverde. Cuando todo el mundo pensaba que el partido acabaría en empate, Parra asistió a Sergio Román, quién se sacó de la chistera un zurdazo que entró por la escuadra y la locura se desató en el Polideportivo.
“El gol ha sido muy importante, porque nos permite respirar tranquilos entre semana para poder recuperar los jugadores que, por unas o por otras razones, no pudieron acudir al encuentro hoy” indicó muy satisfecho Fernando Montes.