Si queremos cambiar la conducta en el contexto deportivo es importante modificar las creencias establecidas en nuestro entorno cercano y normalizar la aparición de las mujeres en el mundo deportivo.
Los estereotipos son un conjunto de creencias compartidas sobre las características que poseen los miembros de un grupo de personas. Los estereotipos de género son las creencias compartidas de que las cualidades dependen de ser hombre o mujer. Entre los hombres y las mujeres existe una diferencia biológica, aunque ambos tenemos capacidades y aptitudes positivas. El estereotipo dominante en la sociedad occidental se basa en que la mujer es débil y el hombre es fuerte. A lo largo del siglo XIX aparecen en el deporte estereotipos derivados de esta creencia generalizada, por ejemplo, que las mujeres no se interesan por la actividad física o que el deporte masculiniza a las mujeres.
En los últimos años, las investigaciones muestran que se ha producido un cambio hacia unos estereotipos más flexibles, aunque seguimos observando que los roles de género siguen afectando en muchos ámbitos de la vida. Estos cambios se relacionan con la incorporación de la mujer al trabajo, los movimientos feministas y la independencia de la mujer. No podemos atribuir esta diferencia a factores anatómico o fisiológicos, sino que la mayor parte de esa desigualdad se encuentra en factores psicológicos como la identidad o los valores además de causas sociales como los estereotipos o los roles de género. La Psicología del Deporte trata de mejorar el rendimiento de los atletas, por ello debe centrarse en las características masculinas y femeninas por igual, desarrollando estrategias para los deportistas.
¿Hasta qué punto influyen los estereotipos en la elección de los deportes a practicar?
El modelo de educación física tiende inconscientemente a orientar a las niñas hacia deportes con relación a la flexibilidad, coordinación y expresividad. Los valores que transmitan los profesores y los entrenadores son de gran importancia para el éxito de la enseñanza mixta en la educación física.
Los estereotipos de género influyen en aspectos centrales de la personalidad como la identidad, autoestima y valores personales. El auto-concepto, la manera en la que las personas se ven así mismas, se ve influenciada por las interpretaciones que hacen los demás sobre su conducta. A su vez, las creencias de los demás influirán en como se comportan los demás con las personas. Si la sociedad perpetua los roles de género, las personas se sentirán incomodas no siguiendo esos roles. En la actualidad, la oferta de actividades deportivas se orienta a los dos géneros, pero sigue habiendo una aparición más elevada de hombres que de mujeres en el deporte.
Por ejemplo, si socialmente las mujeres se perciben como menos competentes en los deportes que los hombres (cuando realizan tareas de igual manera), una niña puede aprender esta percepción e interferir en su desarrollo de habilidades atléticas por su creencia previa. Las niñas aprenden roles de género de su entorno y cuantas más referencias de deportistas femeninas aparezcan más predispuestas estarán las niñas a elegir las actividades que les agradan, y no las que les dicta la sociedad.
Las deportistas chinas son un ejemplo para el mundo occidental de que la capacidad física no tiene límites, solo los que pone la cultura y la sociedad. En China, una mujer excelente en levantamiento de peso, fútbol o levantamiento de peso no es considerada como poco femenina. En definitiva, los estereotipos permanecen hasta que cuestionamos por qué tenemos ciertas creencias. Por tanto, debemos enfocar la educación de próximas generaciones a la libertad de elección más allá de lo que dicta la sociedad.
Por Paula Ortega Pérez
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