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Área de Psicología

¿Cómo pueden los padres y entrenadores fomentar el trabajo en equipo?

Entendemos el trabajo en equipo como la suma de esfuerzos entre un conjunto de personas, donde cada una de ellas emplea sus habilidades individuales y aporta retroalimentación constructiva que permite mejorar el rendimiento a nivel grupal.

Para trabajar en equipo es necesario alinear los objetivos individuales con los del equipo, para así poder lograr la consecución de una meta común. Para ello, es necesario saber gestionar cualquier conflicto que pueda darse entre los componentes del equipo.


Aunque generalmente solemos emplear los términos “grupo” y “equipo” como sinónimos, se trata de conceptos prácticamente opuestos. Como comentábamos anteriormente, los componentes de un equipo comparten un objetivo común, por lo que la cooperación , la cohesión y el compromiso con ese objetivo son la base de su funcionamiento. Por el contrario, en un grupo cada persona trabaja de forma individual, persiguiendo sus propios objetivos. Por tanto, el resultado del trabajo es la suma de cada una de las partes.


Los componentes de un equipo consiguen mejores resultados a nivel de rendimiento y mejora de habilidades, ya que el resultado va mucho más allá de la suma de lo que aporta cada persona. Además, el trabajo en equipo fomenta un sentido de lealtad, seguridad y autoestima que satisface las necesidades individuales de los integrantes, esforzándose por mantener relaciones positivas dentro y fuera del equipo. Esto posibilita una buena comunicación, ya que los integrantes del equipo son capaces de gestionar satisfactoriamente los conflictos, lo que propicia la cohesión entre ellos.


Y es que, trabajar en equipo es una habilidad muy necesaria en la sociedad en la que vivimos. Los seres humanos somos seres sociales, y el trabajo en equipo es necesario en ámbitos de nuestra vida muy diversos como el académico, el deportivo o el familiar. En este sentido, la etapa escolar constituye un momento perfecto para enseñar a los más pequeños a trabajar de esta manera, pues comienzan a establecer relaciones de amistad en clase, en sus actividades extraescolares o en su equipo de fútbol.


Así, ¿qué podemos hacer para enseñar a los niños a trabajar en equipo? Lo primero que debemos tener en mente es la importancia del respeto, tanto en el deporte como en la vida cotidiana. Para que los resultados del trabajo en equipo sean satisfactorios es necesario escuchar las opiniones y valorar el punto de vista de nuestros compañeros, por el contrario, no se producirá el intercambio de ideas y el resultado será el fracaso. Por tanto, desde edades bien tempranas tenemos que enseñarles la importancia del respeto, de escuchar a los demás y de cómo tratan a las personas. Para ello, podemos hacerles ver cómo se comportan y por qué lo hacen. Por ejemplo, si ves que tu hijo responde mal al entrenador en un partido o que insulta a algún compañero, podrías señalar que es una conducta irrespetuosa hacia ellos.


Otra de las enseñanzas que debemos inculcar a los niños es respetar las reglas. En el fútbol, y en la mayoría de actividades en las que trabajamos en equipo, hay que cumplir unas normas previamente establecidas. Para ello puedes animar a tu hijo a hacer lo que el entrenador/profesor le diga y a asistir a todos los entrenamientos. Esto es de vital importancia, ya que cuando un miembro del equipo cumple las reglas consigue obtener la confianza tanto del entrenador como del resto del equipo.


Por otro lado, es muy importante enseñarle a aceptar las críticas. Trabajar en un equipo puede ser difícil; es posible que haya jugadores muy buenos en el equipo de fútbol de tu hijo, lo que puede hacer que en algunos casos sienta que sus capacidades son inferiores a las del resto. Esto puede llevar a que su nivel de autoexigencia sea muy elevado, y que se tome las críticas del entrenador o de sus compañeros como algo negativo. Por ello, tu participación resulta fundamental, no sólo para ayudarle a hacer frente a este tipo de situaciones, sino también para que entienda que esas críticas no tienen el objetivo de remarcar los errores, sino de potenciar y mejorar sus habilidades.


Además, al trabajar en equipo tus hijos también podrán pedir ayuda cuando sea necesario, confiar en otros y ser responsables, lo que potenciará la calidad de sus relaciones sociales, su bienestar y autoestima.


Por último, no me gustaría acabar este artículo sin recordar la importancia de la gran influencia que, como padres y entrenadores, ejercemos sobre los niños. Debemos utilizar esta influencia para enseñarles lo importante que es compartir lo que sienten, saber expresar su opinión asertivamente y tratar con respeto a los demás. En concordancia con lo anterior, plantéate si tu comportamiento en sus partidos es el adecuado y si muestras ese respeto por los otros; si lo haces tu hijo se comportará de la misma manera. Recuerda siempre: eres su ejemplo a seguir.

Por Noelia Bermúdez Luis


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