Continuamente realizamos inferencias y juicios sobre nuestras aptitudes, sobre otras personas o sobre situaciones novedosas. Estas suposiciones previas determinarán cómo actuaremos, cómo interactuamos con otros individuos o cómo nos sentiremos ante una nueva situación. Una vez ha finalizado la conducta o interacción, almacenaremos ésta información en la memoria y en circunstancias similares tendemos a realizar las mismas conductas.
El proceso que seguimos es muy sencillo, en primer lugar, nos hacemos una idea sobre lo que va a ocurrir (expectativas), estos juicios predispondrán nuestras conductas, actuaremos en consecuencia y, finalmente, buscaremos información que concuerde con nuestras hipótesis. Sin embargo, estas suposiciones son, en numerosas ocasiones, erróneas o poco realistas, llevándonos a la conclusión de que no tenemos las habilidades suficientes o que es mejor no actuar.
¿Qué es la Profecía Autocumplida?
La Profecía Autocumplida es una suposición que realizamos sobre nosotros mismos o nuestras capacidades ante una situación concreta; ésta hipótesis influirá en las acciones que llevemos a cabo posteriormente. Asimismo la profecía siempre se percibe como verdadera ya que tendemos a prestar atención a los hechos que son coherentes con la misma y descartar aquellos que no lo son (Jimenez & Vazquez, 2016).
La Profecía Autocumplida puede actuar como un círculo vicioso en el que nuestras expectativas (o las ideas y juicios que tenemos sobre lo que va a ocurrir y nuestras capacidades) nos predisponen a actuar de una determinada forma. Esta predisposición orientará nuestra atención a buscar aquellos comportamientos que hacen que mis expectativas se cumplan y esas creencias sobre lo que creo que va a suceder se ven reforzadas. Por tanto, ante situaciones posteriores, realizaremos el mismo proceso, en primer lugar, crearemos unas expectativas de la situación que influirán en nuestras conductas y finalmente buscaremos aquello que las confirme lo que favorecerá que en situaciones semejantes tendamos a actuar o pensar de igual forma.
Sin embargo, las creencias que tengamos sobre nuestras capacidades no son las únicas que juegan un papel importante en nuestras conductas, puesto que las ideas que tengan el resto de personas sobre nosotros también influyen, es el denominado Efecto Pigmalión.
El Efecto Pigmalión es un tipo de profecía autocumplida que se caracteriza por suposiciones sobre las acciones, capacidades o logros de otras personas y que afecta a la conducta y rendimiento de la segunda (Molina et al, 2021). Es decir, las expectativas que tenga, por ejemplo, mi entrenador sobre mis capacidades pueden afectar a mi rendimiento en un partido.
Pongamos un ejemplo relacionado con el deporte. Supongamos que una deportista cree que es muy mala tirando penaltis (creencias sobre mi), esto influye en cómo lanzará un penalti en un próximo partido (mis acciones), su creencia se verá apoyada o no por la información que reciba del entrenador (creencias de otros sobre mí) que se confirmará o rechazará en función de qué comportamientos tome el entrenador respecto a esa capacidad (acciones de los demás sobre mi) y se reforzará o modificará la visión que la deportista tiene sobre su capacidad de tirar penaltis (creencias sobre mi).
¿Cómo puede afectar la Profecía Autocumplida a un deportista?
Cuando las expectativas sobre nuestras capacidades son erróneas se convierten en creencias tan arraigadas que resulta muy difícil desmentirlas, ya que tendemos a prestar atención a aquella información que las confirme; ésto es especialmente visible en el ámbito deportivo. Algunas formas en las que puede perjudicar a un deportista son:
Visión errónea de nuestras capacidades. La profecía autocumplida puede generarnos expectativas falsas sobre nuestro comportamiento deportivo y, si se toma como real, es más probable que se acabe cumpliendo y por tanto se confirme la profecía.
Disminuye nuestro rendimiento. Debido a esa visión falsa sobre nuestras capacidades, tendemos a pasar a la inactividad por miedo a que las profecías se cumplan.
Pérdida de confianza en uno mismo. Es el principal aspecto que puede derivar de la Profecía Autocumplida una vez que se convierte en creencia, también puede hacer que nuestra autoestima se vea afectada.
Disminuye nuestra concentración. Durante los partidos se estará más pendiente de buscar comportamientos que confirmen o rechacen la profecía y nuestra atención disminuirá.
Aumenta la frustración. El deportista, al no conseguir los objetivos que se propone, se frustrará y la profecía pasará a ser creencia.
Disminuye la motivación. Todo lo anterior puede hacer que perdamos la ilusión y el disfrute por practicar un deporte.
¿Qué podemos hacer para modificar las profecías?
Detectar cuándo aparecen estos pensamientos y frenarlos, también los entrenadores, los padres o los profesores pueden ayudar a que los deportistas desarrollen pensamientos y expectativas positivas y realistas de sus habilidades.
Prestar atención al lenguaje que usamos al describir nuestras habilidades o que otros usan sobre nosotros.
Analizar qué creencia, idea o juicio puede estar detrás de los pensamientos.
Buscar conductas que contradigan esas profecías.
Reforzar los logros y mejoras en la técnica, el rendimiento o el esfuerzo y no únicamente cuando se gana puesto que esto ayudará a que las personas tengan una visión realista sobre sus capacidades, sean capaces de ver lo que pueden conseguir y no se centren tanto en el resultado.
Aprender a gestionar nuestras emociones y ponerles nombre nos ayudará a saber que una mala actuación en un partido se puede deber a un momento puntual.
La Profecía Autocumplida son suposiciones que establecemos sobre nuestras capacidades o conductas y que van a determinar cómo actuemos ante una situación. Estas creencias sobre nuestras habilidades también se verán reforzadas o debilitadas en función de lo que percibamos del resto de personas. Las profecías nos pueden impedir desarrollar nuestras capacidades y disminuir nuestro rendimiento pero es importante aprender a detectarlas y modificarlas para impedir que se conviertan en creencias inamovibles.
Por Irene Velasco Pérez
Bibliografía
Jimenez Lerín, A., & Vazquez Pineda, F., (2016). Manual de ejercicios de psicología deportiva. Dykinson.
Molina Soria, H. F., Rojas Torres, A., & Orihuela Gutierrez, M. F. (2021). El efecto Pigmalión en el ámbito educativo.
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